La necesidad de toda persona que empieza la vida cristiana se encuentra centrada en dos fundamentos:
1 La Oración (Romanos 12: 11-12)
1 La Oración (Romanos 12: 11-12)
2 La Palabra de Dios (La Biblia) (I Timoteo 4:13)
El primero de ellos nos permite establecer una mayor dependencia de Dios, un contacto personal con el creador y además una iluminación mas clara de la vida cristiana.
La oración trasforma el entorno espiritual del hombre llevándolo al crecimiento, al desarrollo de frutos y la capacidad de administrar los dones que Dios nos da creando conciencia de nuestra labor.
El segundo aspecto nos brinda la oportunidad de conocer los parámetros de vida cristiana y los ejemplos básicos que nos ayudan a tener claro la incidencia de nuestras decisiones.
La palabra es el fundamento del juicio de lo que realmente pertenece a Dios; al mundo o a satanás. Es la apertura del camino a una vida triunfante y consecuente con el pensamiento de Dios.
A medida que el contacto se hace progresivo en estos dos fundamentos el nivel de crecimiento y de claridad en nuestro entorno físico-espiritual cobra una dimensión mayor. (Hechos 6:4).
Consiente de esto el Apóstol Pablo establece en su vida una alta devoción a estos pilares fundamentales que lo llevan a sostener dignamente el ministerio de la palabra que le fue encomendado. (Filipenses 1:3-11)
En conclusión podemos decir que a pesar que el tiempo pasa los fundamentos no pueden ser canjeables; nuestra determinación de búsqueda nos mantendrá fortalecidos, claros y perseverantes.