Un feliz año, es un deseo profundo del corazón del ser humano; la mezcla perfecta para darse cuenta que necesitamos de Dios. Un tiempo propicio para un nuevo comienzo, una realidad en espera de un Musculo Fuerte que permita el máximo alcance de los sueños.
Todo se hará realidad cuando el corazón se abra y permita la ocupación del Supremo Hacedor y Gran arquitecto. El deseo de este año el Reino de Dios establecido en el corazón; solo basta un compromiso con Cristo.
Gracias Hnos. por esos deseos, feliz año. Que el Señor recompense su labor.
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